Horizonte de sucesos

No tengo fórmula
para ordenar los números de tu teoría.
Se precipitan
mis palabras
atraídas por una fuerza sobrehumana.
Atrapadas en un negro telón,
caen por la gravedad
sin dejar pasar la luz.
En la periferia de tu magnetismo
leo tus líneas
y ordeno mi entropía.
Pero tus labios me arrastran
al incumplimiento de leyes
y caigo indefensa
en el agujero negro de tu pupila.
Y ahí,
dentro de ti,
en el centro del desatino,
me desintegro.
No imaginé nunca que
cruzar el horizonte de sucesos
fuese la muerte de nuestro universo.